miércoles, 30 de noviembre de 2016

Elogio de la lectura lenta (una entrevista a Carlo Ginzburg durante su paso por la Argentina)

La definición, por cierto, nada tiene de nuevo. La necesidad elemental de una “lectura morosa” para que la acción del pensamiento pueda alcanzar algunas conclusiones interesantes quizás sea algo enfatizado ya por los primeros maestros de la filosofía. Constituye, también, el fundamento de la filología y la hermenéutica. En la entrevista de  la que a continuación se transcribe un fragmento,  el destacado investigador italiano Carlo Ginzburg insiste sobre el punto el punto en la tradición contemporánea delineada por Friedrich Nietzsche. La inquietud resultante lleva a la interrogación acerca de si acaso todo teoría y el análisis literarios no están, en última instancia, incluido en dicha exigencia.

Dice Ginzburg: “(…) La distinción entre fuentes primarias y secundarias es muy importante. La tendencia es ir rápido, a toda velocidad, y acceder inmediatamente a evidencias secundarias, evitando la confrontación directa con las primarias. Se trata de una tentación que, desde luego, también era posible en el pasado. Pero la velocidad actual de la tecnología es muy atractiva. Y en ello veo ventajas y peligros. Yo estoy fuertemente a favor de la lectura lenta. Suelo citar la definición de filología de Nietzsche, cuando todavía era filólogo: ‘La filología es el arte de la lectura lenta’. Es decir, leer una y otra vez buscando el detalle y su relación con el texto como un todo. Aquí también me interesa el filólogo austríaco Leo Spitzer, quien describió esa técnica como un ‘clic’: el momento en que un lector de pronto capta el significado de un texto que ha leído muchas veces. Creo que es posible educar a los estudiantes en la lectura lenta, enseñarles el placer que hay en ello, como una manera de contrarrestar a la lectura rápida que, debo decir, también me gusta. Intento usar ambas velocidades. Obtener mucha información en unos segundos, y luego empezar a pensar en los detalles (…)”.

El reportaje completo, realizado por Ana Prieto, puede leerse aquí. Y aquí El queso y los gusanos. El cosmos de un molinero del siglo XVI, la obra más destacada de Ginzburg.