jueves, 31 de enero de 2013

La literatura

A continuación se transcriben una serie de perspectivas que, de manera diversa, se acercan al concepto de literatura. Fueron tomadas al azar de revistas, suplementos culturales y libros de críticos y escritores de diferentes épocas y latitudes. El objetivo es generar un primer acercamiento a la reflexión acerca de qué es esa cosa llamada “literatura”:

1)- La palabra literatura proviene del término latino litterae, que hace referencia al conjunto de saberes para escribir y leer bien. El concepto está relacionado con el arte de la gramática, la retórica y la poética. Para el Diccionario de la Real Academia Española (RAE), la literatura es el arte que emplea como medio de expresión una lengua. También se utiliza el término para definir al conjunto de las producciones literarias de una nación, de una época o de un género (como la literatura persa, por ejemplo) y al conjunto de obras que tratan sobre un arte o una ciencia (literatura deportiva, literatura jurídica, etc.).


2)- El objeto de la ciencia literaria no es la literatura sino la literaturidad (literaturnost), es decir, lo que hace que una obra dada sea una obra literaria. Si los estudios literarios quieren convertirse en una ciencia han de reconocer el procedimiento (priem) como su “personaje” único. Después, la pregunta principal es la de la aplicación, la de la justificación del procedimiento.

Roman Jakobson citado por Tzvetan Todorov


3)- En el mundo de la narración, una cuestión que me parece importante señalar es el tipo de voz que tiene el narrador, sea un personaje real, un personaje interno de la trama o alguien que cuenta esa historia; eso podría entenderse como una persistencia. Es algo que la literatura nos da: la sensación de una voz interna que nos ayuda a comprender lo que se está narrando de una manera distinta a como se comprende un relato audiovisual, se trate de un filme o de imágenes que se superponen en cualquier formato. Esa relación entre el lenguaje y los tonos del lenguaje es algo que la literatura practica y modula de una manera única. Por otra parte, la literatura por su propia dinámica tiende a pensar más en lo que no existe. Se adapta a los cambios y se adapta de una manera muy fluida a los formatos, a las técnicas, a todo lo que está renovando. Pero al mismo tiempo, puede incorporar un debate, una discusión o una visión que tiene el aire de una pausa en medio de un rumor rápido.

Fragmento de entrevista a Ricardo Piglia (Ñ, febrero de 2012)


4)- Creo que ese desasosiego, ese malestar, ese espíritu crítico es siempre un motor de cambio, de reforma, de progreso. La literatura contribuye a la formación de buenos ciudadanos. La literatura es un arma magnífica, no sólo para enriquecer nuestra imaginación y nuestra sensibilidad, sino para actuar de una manera creativa en el mundo en que vivimos. Que haya una reacción muy violenta contra el sistema es comprensible, y ojalá eso se vuelva creatividad y contribuya a reformar el sistema y no a destruirlo.

Mario Vargas Llosa, declaraciones a la agencia Efe poco después de haber recibido el Nóbel.


5)- Las opiniones que mantienen que la teoría literaria debería centrarse exclusivamente en el «texto literario» son injustificadas e ideológicas: no sólo son importantes las estructuras del texto literario, sino también sus funciones, así como las condiciones de producción, elaboración, recepción, etc., tal como son investigadas en estudios psicológicos, sociológicos, antropológicos e históricos. En una teoría de este tipo tiene su lugar adecuado una consideración pragmática de la literatura. Se parte del supuesto de que en la comunicación literaria no sólo tenemos un texto, sino de que la producción (y la interpretación) de dicho texto son acciones sociales.

Teun van Dijk, La pragmática de la comunicación literaria


6)- De esta manera se desvela el sentido total de la escritura: un texto está formado por escrituras múltiples, procedentes de varias culturas y que, unas con otras, establecen un diálogo, una parodia, un cuestionamiento; pero existe un lugar en el que se recoge toda esa multiplicidad, y ese lugar no es el autor, como hasta hoy se ha dicho, sino el lector: el lector es el espacio mismo en que se inscriben, sin que se pierda ni una, todas las citas que constituyen una escritura; la unidad del texto no está en su origen, sino en su destino, pero este destino ya no puede seguir siendo personal: el lector es un hombre sin historia, sin biografía, sin psicología; él es tan sólo ese alguien que mantiene reunidas en un mismo campo todas las huellas que constituyen el escrito.

Roland Barthes, “La muerte del autor”


7)- Cualquier cosa puede ser literatura, y cualquier cosa que inalterable e incuestionablemente se considera literatura -Shakespeare, pongamos por caso- puede dejar de ser literatura. [...] Si no se puede considerar a la literatura como categoría descriptiva “objetiva”, tampoco puede decirse que la literatura no pasa de ser lo que la gente caprichosamente decide llamar literatura. Así, lo que hasta ahora se ha descubierto no se reduce a ver que la literatura no existe en el mismo sentido en que puede decirse que los insectos existen, y que los juicios de valor se relacionan estrechamente con las ideologías sociales. En última instancia no se refieren exclusivamente a lo que le gusta en particular a un individuo, sino lo que conciben ciertos grupos sociales y mediante lo cual ejercen poder sobre otros y lo conservan.

Terry Eagleton, Una introducción a la teoría literaria


8)- El contraste en la actitud humana fundamental no puede pasar desapercibido: allí la actitud de distancia observadora frente a la impresión objetiva; aquí, la entrega del poeta a la esencia de las cosas; allí, la captación animadora de la forma rigurosamente estructurada, de contornos sólidos; aquí, una sensitiva inmersión en los más leves movimientos, en las más tenues vibraciones, en las más delicadas ramificaciones de este proceso objetivo; allí, el enfrentamiento del objeto espiritualmentc significativo y de la percepción consciente y reflexiva; aquí, la fusión con la vida del objeto; allí, el presentimiento del símbolo en el enunciado de las cosas; aquí, el hablar desde las cosas mismas y partiendo de ella.

Rainer María Rilke citado por Wolfgang Kayser


9)- ¿Qué intenta el arte sino mostrar en la naturaleza y en el espíritu, fuera de nosotros y en nosotros, cosas que impresionan explícitamente nuestros sentidos y nuestra conciencia? El poeta y el novelista que expresan un estado de alma no lo crean por entero; no lo comprenderíamos si nosotros no observáramos en nuestro propio interior, hasta cierto punto, lo que ellos nos dicen de los demás. A medida que nos hablan se nos revelan matices de la emoción y del pensamiento que pudieran haber sido representados en nosotros hace tiempo, pero que permanecían invisibles: como la imagen fotográfica que no se ha sumergido aún en el baño que la revelará. El poeta es ese revelador.

Henri Bergson, La energía espiritual


10)- El modo de ser de la literatura tiene algo peculiar e incomparable, y plantea una tarea muy específica a su transformación en comprensión [...] Por eso, la capacidad de lectura, que es la de entenderse con lo escrito, es como un arte secreto [...] En él parecen cancelados el espacio y el tiempo. [...] Cuando se trata de hermenéutica literaria, se trata primariamente de la esencia de la lectura. Por mucho que se reconozca la primacía de la palabra viva, la originalidad del lenguaje que está vivo en la conversación, lo cierto es que la lectura remite a un ámbito más vasto. Así se justifica el concepto amplio de literatura. Se trata de una «lectura» en el sentido «eminente» del término. [...] En realidad la lectura es la forma efectiva de todo encuentro con el arte.

Hans Gadamer, Verdad y método II


11)- A menudo pisamos los valles de Castalia
     y de antiguas cañas oímos la música silvana,
     ignorada del común de las gentes;
e hicimos nuestra barca a la mar
que Musas tienen por imperio suyo,
     y aramos libres surcos por ola y por espuma,
     y hacia lar más seguro no izamos reacias velas
hasta bien rebosar nuestro navío.
De tales despojados tesoros algo queda:
     la pasión de Sordello y el verso de miel
del joven Endimión; altivo Tamerlán
     portando sus jades tan cuidados, y, más aún,
     las siete visiones del Florentino.
Y del Milton severo, solemnes armonías.

Oscar Wilde, “Amor intelectualis” (versión de E. Caracciolo Trejo)


12)- El libro (En la pausa) trata de un personaje que se convierte en lector en unas circunstancias poco propicias para ello. Hay un recorrido similar al pasar de lector a escritor. Habla de la búsqueda de un lugar de protección del personaje, que en realidad no es muy apto para la velocidad a la que corren la sociedad y la vida. La literatura es un lugar de lentitud; es buscar un tiempo para la lectura, pero alejado porque la lectura es un acto de resistencia.

Fragmento de entrevista a Diego Meret, escritor argentino (Morón, 1977)

●La primera tarea es leer los fragmentos detenidamente y marcar aquellas palabras u oraciones que se estimen más significativas en cada uno de ellos. A los ítems se deberá agregar también un comentario sobre la ilustración seguramente ya vista que, con toda intencionalidad, acompaña esta sección.

●En segundo lugar, pensando en una tarea que se desarrolla en el aula, los estudiantes deberán dividirse en grupos de entre tres o cuatro personas y debatir cada una de las definiciones durante un tiempo no mayor a los siete o diez minutos para cada caso. Cada grupo designara a un miembro que será el encargado de tomar un mínimo apunte de las conclusiones (o no) a las que se arribe.

●Si el trabajo avanza según el plazo previsto, el profesor esperará hasta el final para encarar la puesta en común; en caso de que suceda lo contrario, podrá interrumpirse la tarea una vez que se hayan discutido cuatro o cinco de los fragmentos, para después retomarla.

●La síntesis rápida de lo que se discuta será volcada en el pizarrón tratando de enfatizar los “polos de atracción” que subyacen a los pequeños textos, y que se pueden convertir en un listado de palabras: por ejemplo, lector.

●Finalmente quedará planteadas dos tares para la clase o reunión siguiente:

-En primer lugar, cada alumno deberá sumar un nuevo fragmento al listado. El ejemplo debe ser breve (no más de media docena renglones), y el estudiante explicará de dónde lo ha seleccionado y cuál es, según su juicio, el valor del mismo y con cuáles de las definiciones ya vistas se puede relacionar.

-En segundo lugar, los estudiantes deberán entregar un escrito de una carilla de extensión (unos 35 renglones), que lleve por título La literatura y se alimente de una síntesis o balance de lo discutido en la clase. Es importante indicar que el texto debe ser coherente y autónomo, no una ristra de citas de los autores vistos, por esa razón se aconseja que no se mencione directamente a ninguno de ellos y que el trabajo se centre en el ordenamiento y la organización de los aspectos conceptuales puestos en juego.

Otro ejercicio introductorio puede encontrarse aquí.