jueves, 8 de diciembre de 2016

Los límites de la palabra según Nathaniel Hawthorne

“Ningún lenguaje pude dar cuenta cabal de la belleza y el esplendor de los árboles en este momento preciso. Sería fácil sugerir, mediante un galimatías, una idea vaga de los colores suntuosos, como una masa enmarañada de brillantes hilos de seda; pero no puede transmitirse el verdadero encantamiento que suscita. El esplendor, ya sea de cada árbol como del paisaje todo es insuperable. La mudanza de en los colores de los robles se halla en estado avanzado; y, según su posición respecto del sol, estos parecen teñirse de un oro intenso y magnífico que varía según haya luz o sombra en sus hojas. Del lado en que los rayos pegan de forma directa, el efecto es de gran riqueza; el resto también es bello aunque menos luminoso. El colorido del roble es más magnífico aún que el amarillo claro de los arces y los nogales. El paisaje se ve cubierto ahora de esta indescriptible pomposidad; se alcanza a ver a lo lejos, en las alturas; y parece que Blue Hill, a varias millas de distancia, en Milton, refulge con luz suntuosa, o en verdad no refulge, ni siquiera brilla; un resplandor atenuado es lo que acaso más se acerca a la expresión ideal.”

El fragmento pertenece al escritor estadounidense Nathaniel Hawthorne (1804-1864) -autor de relatos ya clásicos como Wakefield y La letra escarlata- y pertenece a sus Cuadernos norteamericanos (Argentina, La Compañía, 2016, pp. 97-98).

-Lea reflexivamente el texto, y a continuación utilícelo como contenido-guía para escribir un ensayo breve de una carilla acerca de la naturaleza de la literatura. 


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